viernes, 30 de abril de 2010

¿Para cuándo las energías limpias?



¿Por qué la sociedad no logra que se impongan las energías limpias?
Desde hace décadas se conocen diversas formas para obtener energía de forma limpia, renovable y ecológica, pero las mismas parecen no terminar de arraigar ¿es solamente por el costo?

Parece extraño que al mismo tiempo que la humanidad observa los primeros efectos del cambio climático, y que sabemos que se están agotando los combustibles basados en recursos fósiles, los modelos de las célebres camionetas todo terreno tienden a hacerse cada vez más grandes, los equipos de aire acondicionado cada vez más potentes, y las ciudades están cada vez más iluminadas. Es un hecho que resulta cada vez más difícil ver las estrellas en el firmamento nocturno en cualquier zona medianamente urbanizada del planeta, y nada de esto debería estar sucediendo - en teoría -dado que ya entendemos el problema y conocemos las soluciones posibles.

¿Pero por qué no las adoptamos de forma definitiva?

El problema de muchas iniciativas es el costo inicial; si bien la energía podría producirse de forma limpia y económica, el desarrollo de una infraestructura suficientemente grande tiene un costo difícil de solventar. Esto vale tanto para el productor de energía como para el consumidor, pues los cambios siempre implican alguna clase de inversión.

Naturalmente que hay intereses creados, pero esos mismos intereses son los que adoptarían esas nuevas tecnologías si les resultara un buen negocio. Ahora bien, sabiendo que los recursos fósiles se acaban, existe un interés - ciertamente no del todo altruista - por sustituir las viejas fuentes por nuevas, pero ni aún así la mayoría de estos proyectos parecen despegar, en parte porque la dispersión de la producción significaría una pérdida del negocio, pero también por falta de iniciativa de la propia gente.

Es decir, no debe sorprendernos que las empresas energéticas no quieran que instalemos paneles solares en nuestras casas, pero tampoco lo hacemos nosotros por iniciativa propia. La razón del fracaso hay que buscarla también en la actitud de los consumidores de energía.

Ya se ha hablado hasta el hartazgo acerca de los intereses creados de las compañías petroleras y los gobiernos; sabemos que esos intereses son tan grandes que hasta han provocado más de una guerra en el mundo con tal de hacerse con los recursos naturales, pero la otra cara de la moneda es le público consumidor y en este aspecto tenemos que sincerarnos: la gente, es decir nosotros, continuamos con la misma indolencia y pasividad que esos intereses. Al fin y al cabo, nadie nos obliga a no adquirir un calefactor solar o a modificar las redes eléctricas de nuestros hogares. No lo hacemos simplemente por comodidad, porque es más sencillo y en apariencia barato no hacer nada.

Y nada más que por comodidad estamos destruyendo el medio ambiente.



(Hecho por Elisa Redondo, Javier Sanz, María Peco y Marta Berzal)

2 comentarios:

  1. Los intereses económicos de los gobiernos y las compañías de petróleo están llegando a un extremo demasiado grande, la producción de nuevas materias primas a un precio barato esta provocando la destrucción a pasos gigantes del medio ambiente, pero no solo ellos tienen la culpa, tampoco nosotros, la sociedad, interferimos de algún modo por ayudar al medio ambiente.

    Hecho por: Marina Escobar, Olga Conde, Valeria Fernández, Maria de Prado y Ana Grande

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  2. Administradores... poned bien el video
    Muy bien el post
    Jesús

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